(Artículo publicado en El Periódico de Catalunya)
Ahed Tamimi. 16 años. Durante una manifestación en contra de la decisión de Donald Trump de reconocer Jerusalén como la capital de Israel se encaró con un soldado israelí equipado con casco, chaleco y arma en su aldea de Nabi Saleh. Lo abofeteó en la cara, lo golpeó. Ahed, pese a su juventud, es una conocida activista en su pueblo, donde cada viernes hay protestas, a las que ella acude desde los nueve años. Su padre, Bassem, conoce muy bien las cárceles israelís, y fue declarado en el 2012 «prisionero de conciencia» por parte de Amnistía Internacional. Días después de que Ahed abofeteara al soldado, un aparatoso dispositivo militar israelí se desplegó en su aldea. Asaltaron la casa y se llevaron a Ahed. Al día siguiente, cuando su madre se personó para estar presente en su declaración, fue arrestada. Ayer fue detenida su prima Nor Naji Tamimi. Naftali Bennet, ministro israelí de Educación, opinó que Ahed debería terminar su vida en prisión. Sigue leyendo